El estado hipnótico se define como un estado alterado de consciencia que permite acceder al subconsciente, a través de la reducción de la interferencia que produce el análisis crítico, propio de los procesos de racionalización consciente. En este estado todas nuestras actividades se pueden relajar hasta el punto de lograr conseguir un «escuchar» quieto, sin perjuicio ni deterioro de nuestras capacidades físicas normales. Es parecido a estar absorto frente a un programa de televisión y escuchar al mismo tiempo, una conversación que viene desde lejos.
Básicamente, todo el mundo es percibido interiormente como sin importancia. «Hay tres componentes principales en los procesos de inducción hipnótica: relajación, imaginación y representación».
Hildegard & LeBaron, 1984
La parte subconsciente de nuestra mente continúa escuchando todo aquello que debe ser oído, de la misma manera que sigue reaccionando frente cualquier estímulo visual, táctil, oral y olfativo, aunque sin estar sometida a los mismos parametros del procesamiento racional insconsciente.
la información presentanda al subconsciente, dentro de este «estado», no será objeto de alteraciones en la percepción, tal y como ocurre con el procesamiento consciente de la información y los estímulos.
Cuando una persona se encuentra en “trance hipnótico” se siente tranquila y profundamente relajada. Gracias a ese estado de relajación consigue focalizar su atención en un pensamiento, recuerdo, sentimiento o sensación, logrando, si así lo desea, modificar sus percepciones, comportamientos, sensaciones y emociones a través de la sugestión hipnótica.
La hipnosis clínica no se considera una terapia o un tipo de psicoterapia en sí misma, es una técnica que ha de ser aplicada, sola o junto con otras técnicas, dentro de un marco psicoterapéutico y ha de ser siempre aplicada por psicólogos, médicos o psiquiatras.