La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) puede definirse actualmente como la aplicación clínica de la ciencia de la psicología, que se fundamenta en principios y procedimientos validados empíricamente. Desde los momentos iniciales, hace ya cinco décadas, en que la Terapia de Conducta se adhería fuertemente a los principios y teorías del aprendizaje, una larga y compleja evolución se ha dado en esta disciplina, habiéndose ampliando su sustentación teórica más allá de las teorías del condicionamiento, para pasar a considerar en la explicación del comportamiento humano factores y modelos procedentes de otros ámbitos de la psicología (e.g. psicología evolutiva, social, cognitiva, etc.).
Es una psicoterapia estructurada, focalizada y orientada al tiempo presente, que combina la terapia cognitiva, la cual estudia los pensamientos y creencias no deseados, con la terapia conductual, que se centra en la conducta como respuesta a estos pensamientos.
El terapeuta cognitivo conductual trabaja con un conjunto de técnicas, para identificar los pensamientos que causan las emociones y las conductas problemáticas. El paciente aprende a modificar estos pensamientos, lo que a su vez, permite respuestas más apropiadas y positivas para su vida.
La TCC le puede ayudar a cambiar la forma cómo piensa («cognitivo») y cómo actúa («conductual») y estos cambios le pueden ayudar a sentirse mejor. A diferencia de algunas de las otras «terapias habladas», la TCC se centra en problemas y dificultades del «aquí y ahora». En lugar de centrarse en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras de mejorar su estado anímico ahora.