CUALES SON LOS PROBLEMAS SEXUALES MÁS FRECUENTES
Entre las disfunciones o problemas sexuales femeninos más frecuentes se encuentran el vaginismo, la anorgasmia y la falta de deseo sexual.
- Vaginismo: Cuando padecemos este tipo de trastorno sexual el coito se experimenta con mucho dolor o es imposible la penetración. Se produce un espasmo de los músculos de la vagina de manera involuntaria y automática. Gran parte de las causas suelen ser psíquicas. Las mujeres que lo padecen sí pueden disfrutar de juegos sexuales, sexo oral, etc. Asimismo, pueden alcanzar el orgasmo a través de conductas sexuales que no incluyan penetración.
- Anorgasmia femenina: Se trata de una de las disfunciones sexuales femeninas más frecuentes. La anorgasmia es la incapacidad o dificultad de algunas mujeres para llegar al orgasmo. Todo ello aunque exista deseo sexual y se reciba una estimulación y excitación adecuada. Se relaciona con la ansiedad, depresión, mitos o prejuicios sobre la sexualidad. Asimismo con actitudes aprendidas y creencias religiosas.
- Trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH): Es uno de los motivos de consulta más habitual en nuestro centro de sexología. Se trata de una disminución acusada del deseo sexual. Esto suele generar mucha ansiedad y un gran malestar. No está causado por condiciones físicas, biológicas o consumo de sustancias o fármacos.
Por el contrario, los problemas sexuales más comunes entre los hombres son los siguientes :
- Eyaculación precoz: Se trata del trastorno sexual más frecuente en el sexo masculino. Cuando padecemos eyaculación precoz no se consigue controlar voluntariamente el momento deseado para eyacular. En los casos más graves, eyaculamos antes de la penetración o justo tras ella. Podemos decir que se produce antes de que ambos miembros lo deseen, causando serios problemas en su relación sexual.
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Disfunción erectil: Incapacidad persistente y recurrente para alcanzar la erección tras la estimulación sexual. Se trata también de uno de los trastornos más comunes en los hombres. Generalmente este problema tiene una causa física, como una enfermedad, lesión o efectos secundarios de ciertos fármacos.